Defensor de un interiorismo honesto, que exprese veracidad y autenticidad en la obra, Agustí Costa se posiciona afín a ciertos planteamientos racionalistas de la modernidad, que producen espacios carentes de prejuicios, flexibles, diáfanos, luminosos y que mejoran la calidad de vida. Defiende la existencia de un justo equilibrio entre forma y función,