La historia del arte de vanguardia durante la primera mitad del siglo XX su puso, entre otras consideraciones, el relevo de Europa (y París como su in discutible capital artística) por Estados Unidos (con Nueva York ocupando esa misma centralidad). En dicho proceso, tres artistas españoles (Pablo Picasso, Salvador Dalí y Joan Miró) tuvieron una máxima relevancia, llegando a encarnar no sólo muchos de los 'ismos' de vanguardia sino, sobre todo, una actitud vital, un modo de entender esos tiempos de utopía y crisis.