La arquitectura permite al ser humano habitar un espacio acorde a su propia dimensión y, al mismo tiempo, dotarlo de una referencia a la dimensión del universo. Encarna la construcción ordenada del encuentro entre el hombre y el mundo, dando la medida de ambos de forma simultánea. La escala es el parámetro que regula y registra esta interacción inevitable, expresando su condición dimensional en presencia de un contexto y codificada por el filtro de la percepción.