A medio camino entre la introspección y el deseo de entablar una conversación, los textos de este libro son el resultado de un viaje literal y algo forzado por las circunstancias al desierto arábico. Ese recorrido implica dejar atrás los placeres de Madrid y enfrentarse a las muchas renuncias de un desierto sin oasis, en una singular travesía que recorre los gozos y las sombras de la profesión de arquitecto.