Richard Wagner y su música despertaron pasiones ya en vida del compositor, como fue el caso del escritor británico Houston Stewart Chamberlain (1855-1927), para quien el creador de Parsifal fue 'el Sol de su vida', fuente de inspiración poética e intelectual, así como Bayreuth y su teatro de la ópera -el Bayreuth Festspielhaus, donde cada año se representan las obras del genio- simbolizaba una verdadera patria del alma para alguien que se consideró siempre huérfano y apátrida.