En este número reunimos doce obras que, desde su diversidad tipológica, comparten una convicción profunda: la arquitectura puede responder al clima con inteligencia, sencillez y sinceridad constructiva. Viviendas, centros educativos, bodegas, centros de salud o pabellones deportivos muestran cómo el diseño bioclimático -entendido no como adición, sino como actitud tecnológica- sigue siendo un camino fértil hacia una arquitectura más consciente.