A Aude de Tocqueville le gustan las ciudades, unos espacios a los que define como mundos abiertos en perpetua metamorfosis, y sobre todo le gustan las ciudades en silencio, aquellas donde la imaginación puede desplegarse sin límites. Este atlas viaja hasta Sanzhi y Wanli, en Taiwán, un delirio nacido de promotores fanáticos del diseño futurista, Seseña, la ciudad que murió antes de vivir, o hasta Jeoffrécourt, un simulacro de ciudad surrealista en plena llanura de la Picardía francesa.
144 p.: fot., color, 26,5x18 cm., tapa dura