La visita al edificio Torres Blancas parecería obligada en un paseo arquitectónico por la ciudad de Madrid. Lo es también si pensamos en un recorrido conceptual por la arquitectura española surgida tras el Movimiento Moderno. La aspiración de la década que transcurre desde 1960 a 1970, resumida en esta torre como ciudad-jardín vertical, se enfrenta en parte a una doble dificultad, acceso a escritos recientes sobre el edificio y a la constradicción de encontrar problemas a la hora de visitar las viviendas, lo privado, en esta ciudad-vertical.