Gio Ponti era la quintaesencia del homo ludens. Dibujaba y proyectaba de manera infatigable hasta bien entrada la noche, durante viajes en tren, en avión e incluso en el coche. Difícilmente se le hallaba sin papel y lápiz. Se dedicó tanto a la arquitectura como a la pintura, al diseño y al interiorismo. Y en todos estos campos encontró la auténtica expresión, todo lo que tocaba lo convertía en un auténtico Ponti. . 96 p.: Fot., Plantas y secciones, 23 x 19 cm, rústica