El mar, el aceite de oliva y la primera globalización
Hace 500 años dieciocho hombres a las órdenes de Juan Sebastián Elcano regresaron a Sanlúcar de Barrameda y Sevilla después de dar la vuelta al mundo. Habían cruzado tres océanos arriesgando sus vidas en busca de las preciadas especias, por entonces consideradas el mejor conservante de alimentos. Sin embargo, tres años atrás las cinco naos que emprendieron aquella aventura atesoraban en sus bodegas un valioso ingrediente cuyas propiedades eran comparables al poder preservador de las especias: el aceite de oliva.