En los años de la Transición, el periodista Alfons Quintà afiló su pluma contra el pujolismo emergente en una serie de artículos demoledores que exponían una a una las miserias de un sistema corrupto. La biografía de Quintà, sin embargo, distaba mucho de ser ejemplar. Figura compleja, venenosa y sórdida, transitó los cauces del esperpento y la tragedia para acabar deslizándose por una espiral de excesos, perversidad, manipulación informativa y sed de poder.